En algún momento de mi maravillosa experiencia como ser humano entendí que todos somos extraordinarios, porque en cada uno hay una singular historia para contar. La mía empieza entre el verde silencioso sobre el filo de una montaña en Santa Rita, corregimiento del municipio de Ituango, un pequeño pueblo muy alejado de las grandes ciudades que me permitió vivir conectada a lo esencial.
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